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El Último libro de Manuel Carballal ¡¡YA A LA VENTA!!
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Y no solo de crédulos vive el fraude. Si el mes pasado afrontábamos los engaños y estafas de los falsos videntes, este mes dirigimos nuestro ojo crítico hacia otro tipo de "bi-dentes", provistos de no menos afilados dos colmillos. Otra suerte de vampiros que, escudados tras un torpe disfraz pseudocientífico, intentan exprimir el mundo del misterio en pro de sus ambiciosos intereses personales.
La historia de la ciencia está llena de ejemplos. Nada más pesado que el aire podía volar, la electricidad era una moda pasajera e inútil y del cielo no podían caer piedras sencillamente porque en el cielo no hay piedras. Y a pesar de esas categóricas afirmaciones, los aviones vuelan, la electricidad dirige controla civilización y los meteoritos existen.
Actualmente existe un colectivo de pseudocientíficos que, autodenominándose falsamente "escépticos" atacan sistemáticamente toda manifestación de planteamientos heterodoxos relacionados con el misterio.
Y digo pseudocientíficos porque ya decía Voltaire que "es la ignorancia la que niega o afirma, la ciencia siempre duda". Y eso es lo que significa el término "escéptico", el que duda. Sin embargo los calificativos que con frecuencia los "pseudo-escépticos" otorgan a los fenómenos anómalos dejan poco lugar a dudas: "tonterías", "babosadas", "gilipolleces", "estupideces"... Sus cerebros superdotados no necesitan desplazarse al lugar de los hechos ni interrogar a los testigos para sacar sus conclusiones.
Esta postura quedaba muy bien reflejada en una de sus publicaciones (La Alternativa Racional, nº 32, pag.42) al criticar el libro del conocido ufólogo Josep Guijarro. Luis Alfonso Gámez, cabecilla del pseudo-escèpticismo español condenaba el libro "Infiltrados" con la siguiente sentencia:
"Después de leer en la portada el nombre del autor, el miedo a perder la integridad mental me impidió proseguir. Mas vale cobarde vivo que valiente descerebrado".
Por supuesto solo los humildes mortales necesitamos leer un libro para poder juzgarlo... ¿Pero no decían que la E.S.P. no existe?
En mayo de 1976 se celebraba en USA una reunión patrocinada por la Asociación Humanista Americana que daría como resultado la fundación del CSICOP, el "Vaticano" del movimiento pseudo-escéptico (me resisto a aceptar el término escéptico para este movimiento de fundamentalismo pseudo-científico), al que siguió la fundación de agrupaciones similares en diferentes países; como el Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia o la española Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP).
En España, por citar solo un ejemplo, los autodenominados "escépticos" se han convertido en contertulios habituales en todo debate sobre OVNIs, parapsicología o fenómenos paranormales. Y resulta sospechoso que tan solo obtengan protagonismo en ese tipo de programas, y no en coloquios o debates pertenecientes a sus respectivas disciplinas, lo que ha llevado a algunos autores a la conclusión de que de esta forma subliman su mediocridad académica (los pocos que tienen titulación universitaria) obteniendo fama, popularidad y dinero atacando sistemáticamente todo fenómeno paranormal.
Es evidente que abundan el fraude y los errores de apreciación en el mundo de los llamados fenómenos anómalos pero, como en todo campo del conocimiento, se precisa dedicación y experiencia en una disciplina para poder emitir juicios razonables sobre ella. Por eso solo los expertos en física pueden emitir opiniones sólidas sobre física, solo los astrónomos pueden hablar con conocimiento de astronomía y solo los médicos pueden dictaminar con propiedad diagnósticos médicos. ¿Porqué entonces periodistas no especializados, médicos, agentes de seguros o programadores de ordenador emiten juicios radicales contra todo fenómeno paranormal en debates sobre OVNIs, parapsicología, etc? ¿Porqué entonces no acuden ufólogos o parapsicólogos a programas y debates sobre informática, biología o astronomía?
El resultado es que las afirmaciones de estos pseudo-escépticos resultan con frecuencia ridículas y serían divertidas de no resultar tan patéticas.
Andrés San Juan, asesor ¿científico? de Alternativa Racional a las Pseudociencias y experto en la vida sexual de las moscas (sobre tan estimulante tema realizó su tesis biológica) acusaba a las universidades de perder tiempo y dinero en la investigación parapsíquica, retirando presupuestos de otros temas más importantes para la ciencia (como la sodomía en los moscardones de la Patagonia).
Jesús Martinez Villarro, ex-editor de La Alternativa Racional (boletín de ARP) afirmaba que el OVNI grabado magnetofonicamente en Bilbao era en realidad la masturbación de un sapo partero (digo masturbación porque solo se escuchan "cantos sexuales" de un Alytes Obstetricans, que según ARP era el origen de la grabación OVNI).
Por no hablar de las categóricas afirmaciones de estos "científicos", de que la mayoría de OVNIs avistados en España (incluso por pilotos, meteorólogos, etc) en realidad eran rayos en bolas.
Rayos en bolas, masturbaciones de sapos, vida sexual de las moscas... alguien podría pensar maliciosamente que los escépticos tienen algún tipo de trastorno de la libido, y lo cierto es que recientemente los investigadores descubrían que uno de los mayores fraudes en la historia de la ufología española, el alffaire UMMO, había sido perpetrado precisamente por uno de estos "escépticos" aprovechando el mito generado por él para materializar sus fantasías sadomasoquistas.
Por supuesto cada uno es muy libre de vivir su sexualidad como prefiera, siempre y cuando no se aproveche de la credulidad ajena para abusar del prójimo escudado tras un falso rigor científico. Y lo cierto es que Freud podría sacar sugerentes conclusiones de las explicaciones que los pseudo-escépticos dan a muchos casos paranormales.
No deja de ser curioso que en un reciente estudio grafológico realizado sobre 5 ufólogos de campo y 5 ufólogos de salón, en al menos tres de estos últimos se detectasen curiosos aspectos sexuales, incluso indicios de demencia.
Pero el sexo escéptico es lo de menos. Analizando las explicaciones que algunos patriarcas de la "ufología científica" dan a algunos casos debemos sentir terror. En su pretenciosa "Enciclopedia de los encuentros cercanos con OVNIs" (Pag. 236 a 238) Vicente Juan Ballester Olmos explicaba algunos casos de aterrizajes OVNI como fraudes o confusiones con "Venus", "un bidón de aceite", "un feto", "algas marinas", "un objeto corriente" (?), "hombres de Cruz Roja", la "ventana de una casa", una señal de tráfico, un "bidón marino", una "tienda de campaña", un "mono", una "lechuza", una "fantasía de sordomudo", un cura, una "rueda de camión", etc.
La verdad es que una rueda de camión, por aquello de ser redonda, nos recuerda más al típico Platillo Volante, pero ¿como se puede confundir un OVNI con un cura, un mono, o una lechuza? ¿Tienen los sordomudos fantasías más ufológicas que el resto de los mortales? ¿Que es un "objeto corriente"?
La verdad es que una rueda de camión, por aquello de ser redonda, nos recuerda más al típico Platillo Volante, pero ¿como se puede confundir un OVNI con un cura, un mono, o una lechuza? ¿Tienen los sordomudos fantasías más ufológicas que el resto de los mortales? ¿Que es un "objeto corriente"?
No resulta extraño que los testigos OVNI prefieran romper relaciones con los investigadores cuando un "científico" les dice que el OVNI que han visto era un bidón de aceite, o un feto humano...(?) Es una forma de llamarles imbéciles.
Hace pocas semanas estos preclaros "científicos", encabezados por Ballester Olmos (quien también carece de ninguna titulación universitaria) resolvían el caso OVNI más documentado de España, al afirmar que el OVNI que provocó un aterrizaje de emergencia de un Supercaravelle en el aeropuerto de Manises el 11/11/79, el scramble de un caza que persiguió el OVNI durante cientos de kilómetros y la inquietud de los controladores, director del aeropuerto y vecinos de Manises, en realidad eran dos chimeneas de una fábrica en Argelia (?). Y aunque pueda parecer choteo, que un empleado de una fábrica de coches le diga a un piloto de combate (cuya titulación equivale a una carrera universitaria superior) que el OVNI que estuvo persiguiendo por toda España eran dos chimeneas argelinas se considera "ufología seria".
Ante estas afirmaciones quienes no compartimos la Hipótesis ET para el fenómeno OVNI hemos de aceptar que es la única aplicable a los ufólogos científicos, pero la Hipótesis ETílica. Porque no se pueden decir tantas sandeces estando sobrio. A menos que existan intereses ocultos por explicar, por absurda que sea la explicación, todo enigma. ¿Y cuales pueden ser esos intereses? Tal vez la respuesta la encontremos en una carta de Felix Ares de Blas, fundador y líder "espiritual" de ARP. En dicha carta el principal "escéptico" español aclaraba que cobra un cuarto de millón de pesetas por cada conferencia contra los fenómenos paranormales. Naturalmente si la conferencia es en inglés el precio es algo mayor. La verdad es que ante tan sustancioso caché resulta comprensible tanta visceralidad para demostrar que lo paranormal no existe.
No importa que ataquen nuestra yugular en nombre de la espiritualidad o de la ciencia. Los vampiros succionan la sangre del mundo del misterio con la misma voracidad en un extremo u otro. Y todos sabemos que los extremos se tocan.
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