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El Último libro de Manuel Carballal ¡¡YA A LA VENTA!!
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Tras realizar un examen detallado y minucioso de las pruebas, entregué a Luisa Alba las conclusiones que me había pedido. Mi opinión personal (y subrayo lo de PERSONAL) era la siguiente:
- Andrés Ballesteros utilizaba una luz química para realizar el efecto de la “luz” que ponía a sus pacientes; por esa razón los enfermos entraban a recibir la luz cuando Andrés ya estaba esperándoles en la habitación en penumbra, y con dicha luz saliéndole de las manos. Nadie vio nunca como se generaba ni como desaparecía la luz de las mismas, ya que tenía que ponerse la pintura y quitársela a solas. Dicha luz sale totalmente simplemente con un chorro de agua. Es de justicia reseñar que debo a Luis López Vilas este descubrimiento.
- Andrés utilizaba las vísceras de varios animales, algunos de los cuales yo vi en su finca de Casarabonela, para falsear los tumores, testículos y vísceras extirpados en las operaciones. Dichas vísceras serían ocultadas en el cesto de los algodones que usaba en cada operación, y que Andrés colocaba sobre la camilla al lado del paciente. Entre operación y operación su esposa “cargaba” la cesta con los pedazos de carne, columna de cerdo, higados, etc, que sabía que su esposo iba a necesitar en la siguiente intervención, ya que tenía en su libro de citas unas indicaciones sobre la enfermedad de cada nuevo paciente.
- La sangre que Andrés utilizaba en cada operación debería estar oculta en un FP (un instrumento que utilizamos los ilusionistas) y que podría ocultar en un bolsillo o en la misma cesta, antes de cada operación. Muchos de sus seguidores me habían contado numerosas experiencias paranormales que habían vivido con Andrés, como “la Cena del Señor” en que convertía agua en sangre, etc, que resultaban idénticas a los efectos de “magia química” conocidos hasta por los prestidigitadores más torpes.
- La espectacularidad de las intervenciones, y el shok emocional que producían en el enfermo, podría favorecer auténticas sanaciones, o al menos la mejoría de los enfermos, en un grado directamente proporcional a la fe que tuviesen en el curandero dichos pacientes.
- En conclusión, Andrés Ballesteros no poseía, a mi juicio, ningún tipo de capacidad paranormal.
A pesar de que Luisa Alba ya se encontraba en una fase mucho más crítica para con el curandero, se resistía a aceptar mis conclusiones, sugiriendo que quizás en el fondo Ballesteros si tuviese alguna facultad aunque tuviese que recurrir al fraude de vez en cuando. Pero a medida que las evidencias contra Andrés se iban acumulando, evolucionó su criterio al de que todo era un fraude.
El pasado 10 de octubre, y tras acumularse varias denuncias contra Andrés, reforzadas por las pruebas que habíamos recopilado varios investigadores independientes, el grupo de fraudes del Cuerpo Nacional de Policía de Málaga procedió a la detención de Andrés, y al registro de su consulta en plena intervención, descubriendo las vísceras de animales, y demás elementos necesarios para la elaboración de sus engaños. Solo me equivoque en lo de la sangre. No la portaba en un FP sino en un simple preservativo, que llevaba entre los algodones, y que rompía con la uña durante las intervenciones para que la sangre “manase” del cuerpo del enfermo…
Inmediatamente quien esto firma fue añadido a la lista negra de Andrés Ballesteros y, al igual que Luisa Alba antes, comencé a recibir amenazas e insultos muy agresivos, por atreverme a cuestionar los milagros del estigmatizado de Campanillas.
- La espectacularidad de las intervenciones, y el shok emocional que producían en el enfermo, podría favorecer auténticas sanaciones, o al menos la mejoría de los enfermos, en un grado directamente proporcional a la fe que tuviesen en el curandero dichos pacientes.
- En conclusión, Andrés Ballesteros no poseía, a mi juicio, ningún tipo de capacidad paranormal.
A pesar de que Luisa Alba ya se encontraba en una fase mucho más crítica para con el curandero, se resistía a aceptar mis conclusiones, sugiriendo que quizás en el fondo Ballesteros si tuviese alguna facultad aunque tuviese que recurrir al fraude de vez en cuando. Pero a medida que las evidencias contra Andrés se iban acumulando, evolucionó su criterio al de que todo era un fraude.
El pasado 10 de octubre, y tras acumularse varias denuncias contra Andrés, reforzadas por las pruebas que habíamos recopilado varios investigadores independientes, el grupo de fraudes del Cuerpo Nacional de Policía de Málaga procedió a la detención de Andrés, y al registro de su consulta en plena intervención, descubriendo las vísceras de animales, y demás elementos necesarios para la elaboración de sus engaños. Solo me equivoque en lo de la sangre. No la portaba en un FP sino en un simple preservativo, que llevaba entre los algodones, y que rompía con la uña durante las intervenciones para que la sangre “manase” del cuerpo del enfermo…
Inmediatamente quien esto firma fue añadido a la lista negra de Andrés Ballesteros y, al igual que Luisa Alba antes, comencé a recibir amenazas e insultos muy agresivos, por atreverme a cuestionar los milagros del estigmatizado de Campanillas.
Otros amigos y familiares de Andrés, que me confirmaron personalmente que Andrés no “recibió” los estigmas a los 33 años, ni practica la cirugía psíquica hace 20, etc, etc, etc (ya que dichos amigos y familiares han vivido con el y lo conocen desde niño y saben que todos estos “fenómenos” no existían hasta hace 6 u 8 años), también están recibiendo ahora insultos y amenazas.
Necesitaría muchas páginas para detallar todos y cada uno de los trucos que empleaba Andrés Ballesteros para “licuar” la sangre, para “limpiar los chakras”, para realizarse los “estigmas”, para “adivinar” el pensamiento de sus pacientes, etc. Pero todos y cada uno de esos “prodigios” son fáciles de repetir y de superar por cualquier ilusionista. La fe de los pacientes hacía el resto. Ellos, como yo, también tenían una necesidad enorme por creer. También tenían hambre de Verdad. Pero ellos no fueron capaces de distanciarse emocionalmente del curandero para mantener la perspectiva racional. Y aseguro que no es fácil.
El amor que profesaban, y profesan, muchos de sus seguidores más devotos se convirtió en odio contra sus detractores, canalizando hacia nosotros las amenazas, insultos y más crueles difamaciones. En este sentido sin duda Luisa Alba ha tenido que sufrir, y aun sufre, el acoso más sádico y feroz. Yo, en estos momentos, también estoy recibiendo insultos y amenazas de sus seguidores mas irracionalmente fieles. Sin embargo no puedo menos que encajarlos y disculparlos, porque se que, en el fondo, tan solo es la fe en que Andrés Ballesteros es un ser divino, la que mueve la ira de sus seguidores hacia quienes hemos contribuido en desenmascarar el fraude. Pero eso no me hace sentir mejor.
La sensación es exactamente la misma que sufrí cuando regresaba de Haití, tras encontrarme con los falsos “diablos”, o cuando me encontré con el origen terrestre de los ummitas, o cuando descubrí que los “poderes” de tantos y tantos mediums, videntes y paragnostas, eran torpes trucos de ilusionismo… Es posible que mi ego se sienta satisfecho, intelectualmente, por haber descubierto el engaño. Pero, joder, como me habría gustado que fuese auténtico…
Una de las llamadas que he recibido estos días me espetó que yo era un hijo de puta, porque ahora mucha gente, que por sugestión podría haberse curado gracias a la puesta de escena de Andrés, ya no podrá sanarse por mi culpa… Y quizás tengan razón. “¿Qué importa si hace truco, si la gente se cura?”, me dijo esa mujer… Tal vez debería haber guardado el fruto de mi investigación en un cajón, y tal vez debería mentir cuando me preguntasen si creía que los poderes de Andrés eran auténticos… Tal vez así su consulta continuaría llenándose de enfermos, y tal vez algunos de ellos mejorasen su salud o incluso llegasen a curarse… Tal vez.
Probablemente muchos de los seguidores de Andrés, entre los que me he encontrado empresarios, políticos, y componentes de algunas de las familias más importantes de España, incluyendo la Familia Real, también se sientan furiosos con nosotros por haber destrozado la credibilidad de Andres Ballesteros. Pero juro que eso no me preocupa tanto como la profunda congoja de quienes han visto rotas sus ilusiones por haber creído en los poderes del “hombre milagro” de Málaga. Por ellos, y por no haber sido capaz de cerrar este caso hace tres años, es por lo que siento esta enorme tristeza. Se lo que se siente al perder la fe, y no es un sentimiento agradable. Conozco esa terrible sensación de vacío, como si el suelo se abriese bajo tus pies. Conozco la sensación de ridículo, de pudor, de culpabilidad. Conozco la rabia y la frustración.
El daño que ha generado este caso al mundo paranormal tal vez sea irreparable. La desconfianza hacia los verdaderos sanadores éticos, la merma en la credibilidad de los investigadores de lo paranormal, una mayor incredulidad en el mundo del misterio…
Pero Andrés Ballesteros no es el final del camino. Es solo una etapa, amarga pero instructiva, de la que podemos aprender todos. Sobretodo ellos, sus devotos, que tendrán que ahogarse en su propia ira, o ponerse en pie, dejar a un lado la muleta espiritual que habían encontrado en Andrés, y seguir caminando solos. Nadie va a ganar el cielo por nosotros… ni siguiera Andrés Ballesteros.
Si se tratase solo de un impostor de manos, de un magnetizador, etc, tal vez podríamos aludir a un fraude inconsciente… tal vez podríamos imaginar que su intención era buena y que se dejó llevar por la masa… Pero Andrés tenía que preparar cada noche las vísceras que iba a utilizar al día siguiente. Tenía que introducir la sangre en los preservativos añadir un anticoagulante y colocarlos en la nevera… Tenía, en términos criminológicos, que ejercer la premeditación y la nocturnidad. Y como me gustaría saber en que pensaba Andrés cuando preparaba todas las “herramientas” del engaño, noche tras noche, para ser utilizadas al día siguiente con sus devotos y rendidos pacientes… ¿En dinero? ¿En fama? No lo creo. A mi juicio, y aunque sería extenso desarrollar esta idea, su móvil era otro: el poder. Hombre de profundas creencias religiosas se vio, de la noche a la mañana, impulsado a lo más alto de la fe. Ya no solo era un creyente, un Testigo de Jehová comprometido con la Biblia. Ahora él era el objeto del culto que anteriormente había profesado. Ahora Andrés Ballesteros era el Mesías, el guía espiritual de miles de personas. Y esa forma de poder, embriaga.
En este momento todas las cartas están sobre la mesa. Si yo estoy equivocado y Andrés Ballesteros y su ser espiritual Jonathan, poseen poderes sobrenaturales, bastará con que hagan una sola operación, ante el juez, sin línea de sal, ni oscurantismos de por medio. Yo mismo me ofrezco como conejillo de indias para esa operación. Y si Andrés Ballesteros, ante el juez, es capaz de “adivinar” mi mal, abrir mi cuerpo con la energía de sus manos, y extraer el órgano enfermo para sanarlo… me retractaré de todo lo dicho, y aceptaré que es un ser sobrenatural, que Jonathan es una criatura de otro mundo, que hay un más allá, y todo lo que él desee enseñarme. Pero mientras mantendré que el “hombre milagro” es un extraordinario manipulador, responsable de la mayor y más sádica de las crueldades. La que exprime las emociones, los sentimientos y las creencias de los semejantes -sean campesinos o reyes- en beneficio propio. Andrés no es un Mesías, sino uno de los charlatanes que Jesús expulsó del Templo a patadas, por traficar con el nombre de Dios…
El daño que ha generado este caso al mundo paranormal tal vez sea irreparable. La desconfianza hacia los verdaderos sanadores éticos, la merma en la credibilidad de los investigadores de lo paranormal, una mayor incredulidad en el mundo del misterio…
Pero Andrés Ballesteros no es el final del camino. Es solo una etapa, amarga pero instructiva, de la que podemos aprender todos. Sobretodo ellos, sus devotos, que tendrán que ahogarse en su propia ira, o ponerse en pie, dejar a un lado la muleta espiritual que habían encontrado en Andrés, y seguir caminando solos. Nadie va a ganar el cielo por nosotros… ni siguiera Andrés Ballesteros.
Si se tratase solo de un impostor de manos, de un magnetizador, etc, tal vez podríamos aludir a un fraude inconsciente… tal vez podríamos imaginar que su intención era buena y que se dejó llevar por la masa… Pero Andrés tenía que preparar cada noche las vísceras que iba a utilizar al día siguiente. Tenía que introducir la sangre en los preservativos añadir un anticoagulante y colocarlos en la nevera… Tenía, en términos criminológicos, que ejercer la premeditación y la nocturnidad. Y como me gustaría saber en que pensaba Andrés cuando preparaba todas las “herramientas” del engaño, noche tras noche, para ser utilizadas al día siguiente con sus devotos y rendidos pacientes… ¿En dinero? ¿En fama? No lo creo. A mi juicio, y aunque sería extenso desarrollar esta idea, su móvil era otro: el poder. Hombre de profundas creencias religiosas se vio, de la noche a la mañana, impulsado a lo más alto de la fe. Ya no solo era un creyente, un Testigo de Jehová comprometido con la Biblia. Ahora él era el objeto del culto que anteriormente había profesado. Ahora Andrés Ballesteros era el Mesías, el guía espiritual de miles de personas. Y esa forma de poder, embriaga.
En este momento todas las cartas están sobre la mesa. Si yo estoy equivocado y Andrés Ballesteros y su ser espiritual Jonathan, poseen poderes sobrenaturales, bastará con que hagan una sola operación, ante el juez, sin línea de sal, ni oscurantismos de por medio. Yo mismo me ofrezco como conejillo de indias para esa operación. Y si Andrés Ballesteros, ante el juez, es capaz de “adivinar” mi mal, abrir mi cuerpo con la energía de sus manos, y extraer el órgano enfermo para sanarlo… me retractaré de todo lo dicho, y aceptaré que es un ser sobrenatural, que Jonathan es una criatura de otro mundo, que hay un más allá, y todo lo que él desee enseñarme. Pero mientras mantendré que el “hombre milagro” es un extraordinario manipulador, responsable de la mayor y más sádica de las crueldades. La que exprime las emociones, los sentimientos y las creencias de los semejantes -sean campesinos o reyes- en beneficio propio. Andrés no es un Mesías, sino uno de los charlatanes que Jesús expulsó del Templo a patadas, por traficar con el nombre de Dios…
POR LA LARGA EXTENSIÓN DE ESTE ARTÍCULO SE HA DIVIDO EN 4 PARTES
PARA LEERLO COMPLETO:
Andrés Ballesteros
Curanderos
El Curandero de Campanillas
Esoterismo
Fraudes y Estafas Esotéricas
Sanadores
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